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NACIONALES: A los 87 años volvió a la escuela y egresó



Cuando sus nietos le propusieron volver al colegio, Micaela Burgos dijo que le gustaría terminar la primaria, pero que “ya era muy grande”. Los chicos insistieron, hablaron con la directora de una escuela para adultos mendoncina y consiguieron una vacante. Le compraron una carpeta, lapiceras y fotocopiaron los apuntes del primer ciclo. En junio, Micaela volvió a la escuela. Ayer, a los 87 años, recibió su libreta con notas altas y un certificado que acredita que aprobó primer año.

“Si Dios me da salud, voy a seguir hasta la secundaria” , promete.
Micaela tuvo que dejar el colegio en tercer grado del primario porque “tenía que ayudar en casa”. Nacida y criada en San Juan, compartió su vida con 14 hermanos. “No pude estudiar pero no me dejé estar. Leía mucho”, recuerda. Por eso, su fuerte en la escuela es Lengua. “Es mi materia favorita. No tengo errores de ortografía”, dice orgullosa. En sus ratos libre, escribe cuentos que luego les narra a sus nietos.

Con entusiasmo admirable, esta abuela describe sus tardes en la escuela como “una terapia”. Sus nietos la impulsaron a terminar la primaria, porque Micaela estaba atravesando un proceso de depresión a raíz de la muerte de un hijo en un accidente. “Los chicos me veían enfermita, triste”, revela.

Micaela es toda una celebridad en el colegio. Su presencia es un estímulo para sus compañeros. La mayoría son mujeres jóvenes, que trabajan en el servicio doméstico, y que por falta de recursos no han podido terminar sus estudios.

En su casa, reparte su tiempo entre el estudio y la preparación de la comida para su hija, su yerno y sus nietos. Dice que sus guisos y estofados son muy elogiados por la familia.

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