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Washington aparta a la Argentina de su agenda y evita responder los ataques del Gobierno


La administración de Obama no realizó comentarios sobre la dura intervención de Cristina Kirchner en el Consejo de Seguridad. Admiten que la relación bilateral atraviesa un momento complejo





El silencio fue lo elegido por el gobierno de los Estados Unidos luego del encendido discurso de la presidente Cristina Kirchner en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde fustigó la política norteamericana frente al terrorismo internacional y volvió a embestir contra la Justicia de ese país al acusarla de "complicidad con los fondos buitre", entre otras duras palabras que pronunció.

Washington decidió no responder las acusaciones de la jefa de Estado, quien también reprochó la decisión de no enjuiciar a Osama ben Laden, durante una conferencia de prensa. La misma actitud adoptó ayer el responsable interino de la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, Kevin Sullivan, luego de haber sido fuertemente atacado por el Gobierno por afirmar que deseaba que laArgentina "saliera del default".

Sullivan prefirió bajarle el tono a la tensión bilateral suscitada por la crisis de la deuda argentina y no hacer comentarios sobre el conflicto con los holdouts durante el agasajo de bienvenida al nuevo consejero de Asuntos Culturales y Prensa, Thomas Mesa, y a la agregada cultural adjunta Katherine Ordoñez, en la residencia del embajador.


"La relación con la Argentina está en un momento complejo, de baja intensidad en coincidencias y de alta intensidad en ruido", afirmaron fuentes oficiales del gobierno norteamericano al diario La Nación consultados por el pronunciamiento de la mandataria contra la gestión de Obama en la Asamblea de la ONU. Las relaciones, en rigor, se mantienen tirantes desde hace tiempo.

"La Argentina hace rato que no ocupa un papel de peso", en la estrategia de la región, sostuvo por su parte Mark Jones, de la Rice University, al matutino. Para el especialista, no es la Argentina uno de los países en los que se piensa en forma prioritaria ni que ocupe el lugar al que podría estar llamada por peso específico.

En tanto, un experto en cuestiones de las Naciones Unidas se lamentaba por el modo que había elegido la Presidente para realizar su exposición, apuntando con agudeza a la política exterior de las grandes potencias, en especial, Estados Unidos. "Es una pena. Porque hay países que podrían estar interesados en dar el debate por la reforma de estructuras en los organismos internacionales que ella siempre defiende. Pero al poner tanto ruido la propuesta en sí misma retrocede", evaluaba la analista consultado.


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